sábado, 23 de agosto de 2014

Tommy Haas, un jugador de otra época

A sus 36 años, Tommy Haas es uno de los grandes veteranos del circuito que se resisten al inexorable paso del tiempo con esa pasión por el tenis que le ha llevado a completar 18 años como profesional

Tommy Haas celebra con el puño en alto
En noviembre de 2010, cuando nació su hija Valentina, Haas anunciaba que iba a seguir jugando a tenis hasta que su hija fuese lo suficientemente mayor para recordarlo jugando. En ese momento, el jugador alemán tenia 32 años, acababa de salir de una de sus múltiples lesiones y se encontraba en el puesto 372 del ranking ATP. A día de hoy, Valentina tiene cuatro años y cada vez que su padre, con 36 años y top 20 gana un partido, baja a la pista a darle un abrazo y un beso. Esto demuestra lo que ha sido una constante en su vida: su amor por este deporte y su entrega a su familia, lo que hace que sea uno de los tenistas más especiales del actual circuito.
Tommy Haas y su hija Valentina, la gran causa por la que seguimos
disfrutando de este maravilloso tenista
El primer torneo que empezó a catapultar a Tommy Haas hacia la élite fue el Masters de Hamburgo en 1997, donde consiguió su primera victoria ante un top 10 (Carlos Moya) y llegó hasta semifinales. Su primera final ATP fue ese mismo año en el torneo de Lyon, que perdió ante Fabrice Santoro. En 1999, Tommy celebró su primer título a nivel ATP en Memphis derrotando a Jim Courier en la final y consiguió llegar a semifinales en el Open de Australia, donde sólo el ruso Yevgeny Kafelnikov le pudo derrotar, a la postre campeón del torneo. Hay que mencionar que en el año 2000 ganó la medalla de plata para su país en los juegos olímpicos de Sidney, siendo derrotado en una eléctrica y apasionante final por Kafelnikov por 6-7 6-3 2-6 6-4 2-6.
Kafelnikov, Haas y Di Pasquale ganaron las medallas de oro, plata
y bronce respectivamente en Sidney 2000
2001 fue el año donde más títulos cosechó el jugador alemán, consiguiendo su único Masters Series (ahora Masters 1000) en Stuttgart ante Max Mirnyi y logrando victorias de prestigio como en la final del torneo de Long Island ante la leyenda Pete Sampras o ante Guillermo Cañas en Viena. Acabó el año como número 8 del mundo. En 2002, pese a no ganar ningún título y ser solamente finalista en el Masters Series de Roma, logró alcanzar la mejor posición de su carrera, el número 2 mundial, gracias en parte a sus nuevas semifinales en el Open de Australia, donde Safin le apartó de la final en un épico partido a cinco sets.
Haas consiguió nuevamente alcanzar las semifinales de un Grand Slam
y llegar a su mejor posición en el ranking en el año 2002
Sin embargo, en 2003 empezó el calvario de Tommy Haas: las lesiones. Dos operaciones le apartaron durante todo el año de las pistas, aunque la ATP protegió su ranking, número 11 del mundo en ese momento. Después de 15 meses de inactividad, el incansable luchador alemán volvió a las pistas en 2004 impresionando a todos consiguiendo cuartos de final en el US Open y ganando los títulos de Los Ángeles y Houston a dos jugadores muy en forma como eran Andy Roddick (número 2) y Andre Agassi. Pero en 2005 volvieron a aparecer las lesiones y Tommy no pudo jugar a su mejor nivel en ningún momento del año.
Haas se prepara para restar en un partido
del US Open
Y nuevamente en 2006 el alemán resurgió de sus cenizas, y en un año libre de lesiones consiguió ganar tres títulos y repetir cuartos de final en el US Open. En 2007 volvió a llegar a las semifinales del Open de Australia, dejando por el camino a jugadores como Nalbandian (número 8) o Davydenko (número 3). Pero el finalista de ese año, Fernando Gonzalez, le pasó por encima y le privó nuevamente de jugar una final de Grand Slam. Ganó por segundo año consecutivo el torneo de Memphis y cerró el año como número 12 del mundo. En 2008 volvió a operarse del hombro y fue nuevamente un año prácticamente perdido. En 2009 fue semifinalista de Wimbledon, donde Federer, campeón del torneo, le impidió llegar a la final. Ese mismo año ganó el torneo de hierba de Halle y se convirtió en uno de los pocos tenistas con títulos en todas las superficies.
Con su victoria sobre Djokovic en Halle 2009, Haas conseguía la
proeza de haber conseguido títulos en todas las superficies
En 2010, nada más empezar la temporada, una operación de cadera seguida de una operación de codo le impidieron jugar y lo hicieron descender hasta más allá del puesto 300. En 2011, Tommy empezó a recuperar posiciones muy lentamente, ya que acarreaba demasiadas operaciones y su cuerpo no se recuperaba de la misma forma ni le permitía jugar a su mejor nivel. Nadie esperaba que volviera. Pero en 2012, partiendo del número 205, llegó hasta el número 22 a final de año. Además, celebró una de las más grandes victorias de su carrera derrotando en un partido brillante en la final de Halle al mismísimo Roger Federer, múltiple campeón del torneo. A final de año se le concedió el más que merecido premio de la ATP Regreso del año. Por último, en 2013, Tommy repitió un gran año como en 2012, consiguiendo dos títulos y llegando a semifinales del Masters 1000 de Miami. También consiguió victorias de mucho prestigio ante Djokovic en Miami, donde le desbordó con un juego espectacular o ante Isner en Roland Garros, salvando un punto de partido y venciendo en el quinto set por 10-8. Acabó el año como 12 del mundo.
Haas demostró su coraje en 2012 remontando 300 puestos y con partidos
y victorias inesperadas como en la final de Halle ante Federer
En cuanto a su estilo de juego, Tommy Haas es un jugador de una calidad exquisita y un talento enorme. Su juego se basa en la rapidez de sus golpes y en sus subidas a la red, con un gran saque que determina el inicio del punto y una volea efectiva que le garantiza rematar el punto. Su mejor golpe es sin duda su revés a una mano, uno de los mejores del circuito, estéticamente precioso y con una precisión y variedad de alturas increíble. Actualmente y pese a la edad, su juego de pies y su velocidad en la pista siguen siendo admirables y es lo que le permite jugar de la forma variada en la que lo hace. Y cuando sus piernas fallan, su prodigiosa muñeca hace el resto.
El revés de Haas es una de sus mejores armas
y su marca personal
Para acabar este homenaje a uno de mis ídolos tenísticos, un vídeo que demuestra que, ya sean sus ganas de jugar, su increíble calidad o su amor por su familia y su hija Valentina, Tommy nunca va a dejar de luchar y así se ha ganado el respeto del mundo del tenis y entrará en la historia de este gran deporte. Suerte, Tommy.


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